Por: María Cecilia Palacios // Andrea Higuera
María Cecilia Palacios una mujer
común y corriente, pero con un don de transmitir mensajes de los ángeles y
seres de luz, nos recomienda 3 rituales para el alma e iniciar el 2019 con
energías renovadas.
Durante
más de 14 años desarrolló su carrera profesional como psicóloga en un mundo
corporativo, cuando atravesaba por uno de esos instantes que no se quisiera
repetir: se quedó sin empleo, finalizó su relación de pareja y sus ahorros en
el banco se acabaron. Fue en ese instante que se permitió sentir físicamente y
emocionalmente lo que la gente a su alrededor experimenta, don que cree tener
desde niña.
Desde
el 2015 viene trabajando con los chicos, como ella llama a los ángeles y seres
de luz que canaliza en consultas, meditaciones y talleres. Autora del libro “Un
Mundo con Otros ojos”, esta psicóloga y coach espiritual está próxima a lanzar
su segundo ejemplar: “¿Qué hice para merecer esto?”. En ambos libros, toma
prestada la vida de sus pacientes y su propia experiencia, para compartir con
sus lectores las enseñanzas de amor, perdón y reconciliación que vive a diario
de la mano de estos seres de luz, que buscan que cada vez nos acercamos a
nuestro propósito de vida, soltemos a la víctima que llevamos dentro y nos
conectemos con nuestra capacidad de crear una realidad llena de luz, abundancia
y agradecimiento.
Un nuevo 2019
La
reflexión desde lo más profundo del alma es la clave para lograr la felicidad,
la tranquilidad y acercarse cada vez más a esas nuevas metas laborales,
familiares o personales. Un nuevo año con energías renovadas y escuchando los
mensajes de los ángeles, esos seres que siempre nos acompaña como guardianes de
vida, es otro de los argumentos que María Palacios sostiene para que las
personas logren sus objetivos. Una nueva forma de iniciar el 2019, con tres
rituales muy importantes, para esa renovación espiritual que es tan necesaria.
1.
Agradecer: El agradecimiento es de esas vibraciones que al Universo le encantan.
Cuando lo hacemos, estamos decretando que más emociones, experiencias y personas
maravillosas entrarán a nuestra vida. No solo es un ejercicio maravilloso
porque vibra en los altos astrales, sino que programa a nuestra mente a buscar
aquellas cosas llenas de luz que nos ocurren a diario. Cuando piensas bonito,
te pasan cosas bonitas.
Para
hacerlo en modo ritual, escriba en una hoja blanca todas aquellas cosas,
personas, experiencias y aprendizajes que enfrentó en el 2018 y al terminar de
escribirlas, queme esos papeles en una vela azul o morada. Tome la hoja con su
mano izquierda, aquella encargada de recibir las bendiciones del cielo. ¡Y lo
más importante, SONRIA! Cuando lo hace, todo el Universo conspira a su favor.
2. Deje ir: Todo aquello que acumulamos en nuestra vida
nos estanca. Las cosas, personas, situaciones y emociones que ya cumplieron su
misión en nuestra vida, es hora de dejarlas correr como el agua. Que sigan su
curso. Hacerlo, nos permitirá recibir aquellas cosas que desde el alma y el
corazón elegimos para llenarnos de luz. Cuando nos empeñamos en acumular y atesorar,
no le damos espacio a las energías que renuevan nuestra vida.
Dejar
ir implica inicialmente limpiar nuestro espacio físico. Revise su habitación,
su carro, el cuarto de “chécheres”, los cajones de su mesa de noche y deje ir
aquello que ya no existe en su vida. Deshágase de las notas de viejos amores,
los regalos significativos de quienes ya no están en su vida, aquella ropa que
ya no usa, los recibos de las cosas que ya no uso y perdieron su garantía hace
años. Limpie sus espacios, mueva los muebles, dele espacio a lo nuevo para que entre.
Después
empiece a buscar un espacio de relajación. Ponga la música que más le gusta
escuchar y encienda una vela, no importa el color, hágalo con aquella que vibre
y traiga a su mente y corazón situaciones que ya puede liberar. Siéntese en
posición de loto e imaginase de nuevo esa situación, pero modificando el final.
Comprenda que eso que vivió hoy le hace un ser humano diferente, así que abrace
esa situación y despídase de la emoción dolorosa que trajo consigo. Hágalo
desde el amor, comprendiendo que, si lo que vivió, era necesario en ese momento
de su vida.
Y
por último es hora de decir adiós a quién hoy ya no está en su vida, pero a
quién usted si sigue haciendo parte de la suya. A esa persona escríbale una carta.
Olvídese de enviarla, ese regalo es para usted. Escriba aquello que dolió, lo
que le disgustó desde el fondo del alma, reclame sino lo hizo en su momento,
cuéntele lo mucho que significó en su vida. Diga lo que quiera en su carta y al
final despídase. Dígale adiós a ese maestro que tantas enseñanzas hoy le deja y
déjelo ir. Es por usted, no por ellos. Es por su camino hacia la libertad. En
la vela que le acompañó en este ejercicio, puede dejar esa carta.
3.
A pedir desde el alma: Empiece por ser consciente que es merecedor de toda la abundancia y
el amor que el universo tiene para darle. Se lo mereces por el simple hecho de
existir y ser una creación de la Divinidad.
Una
vez traiga esa frase a su mente: “soy merecedor de todo el amor y la abundancia
que el universo tiene para darme”, olvídese de las leyes universales, de esas
que fueron creadas desde su mente y que limita todo aquello que puede recibir.
Busque una copa de vidrio transparente donde introducirá todos sus deseos y
sueños. Cuando los piense, recuerde que el universo necesita los detalles
necesarios para que la interpretación no tenga espacio. Piense desde el fondo
de su alma que le hace vibrar, que le hace sentir grande y lleno de amor y
pídale desde ahí a todos los ángeles Dorados que se lo concedan. Se debe hacer
con el pleno convencimiento que está hecho. Escriba sus sueños y deseos en
pequeñas hojas e introdúzcalas en su copa. A las doce de la noche, sáquelas de
allí y rómpalas o quémelas con una gran sonrisa en sus labios. Sonría desde ya
con tan solo pensar en disfrutar de toda la abundancia del cosmos.
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