Escrito en: marzo 17/ 2010
Por: María Cristina Castañeda
(Cuento)
(Cuento)
Era viernes
13 de noviembre, el día no quería abrir los ojos, caía un fuerte aguacero, ya eran las 6 de la mañana y hacia mucho frio,
estaba muy oscuro, aún no se prendían las luces; había tanta neblina, los
pajaritos no querían levantarse, los gallos no cantaban, las gallinas de vez en
cuando cacareaban, los animales que siempre nos despertaban anunciando el nuevo
día, no aparecían.
Cuando
apenas se notaban destellos de luz, Mimí
una joven caleña, de 17 años, tez
blanca, ojos marrones y cabellos rojos, sale de su casa hacia la universidad,
azarada y preocupada porque ya era tarde, tenía cita con sus compañeros para asistir a una
conferencia sobre el Festival Internacional de Cine de Cali, donde le
correspondía cubrir el evento como reportera. Caminó varias cuadras bajo la lluvia
inclemente que no cesaba, trato de
hacerle el quite a varios charcos de forma infructuosa, buscaba un taxi,
bus o lo que fuera para poderse transportar, pero todo fue inútil, no pasaba
nada; desesperada se devuelve a su casa,
se pone sus patines de hockey en línea, el casco, licra negra y
blusa rosada, en un maletín coloca una muda de ropa y zapatos muy
elegante, y parte rauda y veloz patinando por las calles.
Sale
en pique directo a la Universidad Autónoma de Nariño; al llegar allí
completamente mojada, cansada, vuelta un desastre, se encuentra con el panorama
que en la Facultad de Comunicación Social no hay nadie, trata de indagar si es
que ya partieron, pero nadie le da razón; concluye que se fueron y la dejaron
pues es muy tarde. Desesperada y rendida por la impotencia, lo único que se le
ocurre es llamar por celular a varios compañeros, pero ninguno le contesta, ya a punto del
colapso, decide dirigirse al punto donde se va a dictar la conferencia que
es la Cámara de Comercio de Cali
(centro).
Emprende
nuevamente su recorrido en patines por las desoladas calles, toma la quinta,
por su responsabilidad y ansiedad de cumplir no controla la velocidad y cae en
varias ocasiones, donde ocasiona risas de las escasas personas que la ven
pasar, esto aumenta más su desazón; pero al final llega, una cuadra antes,
para, trata de tranquilizarse un poco, toma bastante aire y al fin se encuentra
frente al edificio de la Cámara de Comercio. Pero otra sorpresa, la puerta
principal está cerrada, no hay movimiento alguno por esa calle, toca la puerta
y al rato se asoma el vigilante, quien la mira asombrado y temeroso, la atiende
tras la ventanilla que entre abre apenas un poquito, le manifiesta que no está
enterado de ningún evento, pero que si quiere espere en la esquina para que
averigüe a las 9am cuando abran.
Extrañada,
impotente, desesperada y sin saber qué hacer llora, derrama unas cuantas
lágrimas, pero nota que un hombre de la calle la está mirando de arriba para
abajo, se asusta, se corre para una cafetería que hay cerca y de allí , nota que la gente la mira, pide un
café, se sienta en una mesita; nuevamente trata de tranquilizarse, cuando cree
que lo ha conseguido, coge su celular y llama al Coordinador de su Facultad, quien
le manifiesta que el evento ha cambiado el sitio y hora, ya no era a las 7am sino 9:30am, cancela
y sale.
Comienza
un nuevo recorrido hacia el norte de Cali, en el trayecto ve que el cielo se
está despejando, la lluvia ha dejado de caer, ya
circulan personas y carros, se ve el movimiento diario en el centro,
pero a su paso, quizá por el ruido que proporcionan los patines, o por su
estado deplorable en que se encuentra, las personas la miran, se ríen, hacen comentarios y hasta la señalan;
se intranquiliza, pero puede más su orgullo, trata de demostrar que no ha notado nada y continúa
patinando; pero, justo al cruzar la calle frente a la Ermita, se tropieza con
un gato negro de ojos verdes, cae, el
gato maúlla y se coloca a la entrada del Mio, se queda mirándola, ella se
levanta, oye muchas risas pero se encuentra con la mirada del felino que la
contempla, ve que es hermoso y tierno, pero tenía una mirada arrolladora, asombrada
continúa su camino y se encuentra con una calle angosta e indiscutiblemente le
toca pasar por debajo de una escalera.
Al
no encontrar la dirección, se acerca a un puesto de minutos a celular y pide
información del lugar, el chico que atiende le dice que todavía está
lejos… Otra vez el sentimiento de
desesperación vuelve a recorrer la mente de aquella chica, debido a esto
aumenta la velocidad, pero no se fija que hay un hueco en el camino y vuelve a
caer. Mojada, adolorida y desesperada se
levanta del piso y sigue intentando
llegar al auditorio… Ya eran las 9:30am y nada que llegaba. De pronto le suena
el celular contesta, justamente era uno de sus
compañeros (Steven) le informa que el evento acaba de comenzar,
ella le responde casi llorando ya llego.
Nuevamente
la abriga el desespero, sus piernas le tiemblan y ya no puede patinar,
entonces, toma un taxi, le informa el sitio de destino al motorista y comienza
a cambiarse de ropa, el hombre la mira por el espejo del techo y piensa esta joven está loca, ella lo
observa mirándola, ya con los pelos de punta por el estrés le dice: “Limítese a
conducir y déjeme cambiar en paz”…
Al
llegar al fin al auditorio (cerca a Chipichape) el portero no la deja entrar
porque no le creía que fuera estudiante de Universidad y además hacia media hora
que había empezado el evento. Decide que pasara lo que pasara, después de toda
esa travesía que había hecho para poder llegar no se iba a quedar afuera, se va
para la parte de atrás del auditorio y se hizo pasar como una periodista
internacional, que no había podido llegar antes porque el vuelo se había
retrasado, con esa excusa ingreso al auditorio; era justo donde se encontraban
los reconocidos cineastas y periodistas, en ese momento; “haciendo parte de
ellos” y sin reconocerla nadie, habló de
su “historia como periodista estadounidense”, improvisó para que no la
descubrieran. De esa manera obtuvo información, datos, teléfonos y correos de
los reconocidos personajes asistentes al evento y pudo charlar personalmente
con ellos sin ningún obstáculo.
Al finalizar el evento a eso de la una de la
tarde, se encuentra con sus compañeros de Universidad y le cuentan que grabaron
toda la conferencia, le hacen la fiesta,
porque no supieron como hizo para estar con los periodistas y cineastas en la
tarima, y manifestaron su sorpresa de que
habían llegado temprano, no
consiguieron una entrevista y ella sí
logró hasta “compartir sus experiencias como periodista”.
En
ese momento salía un periodista colombiano que apenas iniciaba sus pinitos prácticos,
le pide una entrevista; ella acepta pero
en un lugar diferente, él la invita a almorzar cerca del auditorio, ella se fue detallándolo de todo a todo se trataba de un chico joven de ojos
miel llamado Esteban y bueno le averiguó la vida. Mimi le cuenta que no era periodista titulada, apenas estaba
terminando primer semestre, de lo importante que era su carrera, también como
se hizo pasar por periodista para ingresar al evento, pues antes le habían pasado
un resto de cosas para llegar. El chico le agradeció que fuese tan sincera con
él y le ofreció acercarla en su carro hasta la casa. Apenada aceptó.
Parecía
que no había terminado el día para Mimi, yendo con el periodista en el carro, se
pincharon, se ofreció para sacar el repuesto de el baúl y
tremenda sorpresa se llevó, al abrirlo, justamente
se encontraba el gato, pero no el gato,
el gato de carro, sino el gato negro de ojos verdes que había visto en la
mañana; asombrada, perpleja, no podía balbucear
palabra, apenas mostraba el animalito, él preocupado por esta reacción
pregunta: te molesta, les tiene miedo?, ella niega con la cabeza, él dice: lo encontré,
me gusto mucho y quise adoptarlo, ella
responde al fin con voz entrecortada, ¿acaso no crees en que un viernes 13 con
un gato negro es de mala suerte?, a mi
me paso, y por culpa de ese maldito gato me caí y me tocó hacer striptis en un
taxi…. O el gato o yo elige!!!!.
Esteban
no podía de la risa, mientras Mimi pataleaba de la rabia, él besaba el gato que
movía la cola como mostrándole “te gané”, discutieron bastante acerca del tema
y hasta terminó bajándose del carro, pero como estaba furiosa se le olvidó que
ya no tenía los patines puestos, se manda disque patinando y se llevó un
tremendo porrazo. Esteban la recoge y trata de consolarla, pero el gato se le
lanza furioso, la araña, rompe sus ropas y la deja todo un desastre; como no
pudo más, rompe en sollozos, llora, llora, sin parar muchísisismo tiempo,
extenuada, sin fuerzas, se queda
completamente dormida.
Mimi
despierta en casa rodeada de sus padres creyendo que solo fue un sueño, el cual se desvanece al
ver a Esteban y sus compañeros; rompe en sollozos, por el oso que paso a lo
largo del día, hora tras hora, luego los abraza y ríe por bastante tiempo.
Reunidos prenden el televisor y se dan cuenta que todo lo que sucedió en la
conferencia sale en la televisión...
Pero
lo que más deja anonadada a Mimi es que el presentador del noticiero que están
pasando es el gato… Vuelve a caer dormida del asombro pero esta vez no en
brazos de Esteban, sino ventana abajo… (Ya que se encontraba sentada en la
ventana)…
TO
BE CONTINUE…