Por: María Cristina
Castañeda
“La
constancia vence lo que la dicha no alcanza, a mi todo me ha tocado luchado, a
mí nadie me ha regalado nada… He tenido la colaboración de expertos, pero me he
guerreado el cinturón ¨negro primer dan¨ al que pertenezco en este momento”.
Andrés Eduardo Acevedo Lloreda un joven
caleño de 24 años, apasionado por el deporte desde muy pequeño daba la vida por
“patear pelotas”, correr a grandes velocidades y celebrar cada uno de sus goles.
A sus 14 años practicaba el fútbol amateur en su colegio con miras a trascender
al profesional.
No había más felicidad que arreglar su
uniforme, guayos y prepararse para dar lo mejor de sí cada día en el Colegio
Camacho, en donde se graduó de bachiller.
Sin embargo, él no contaba con el giro de 180
grados que le iba a dar a su vida tres años más tarde, abandonar su deporte
favorito por el que ahora considera “el amor de su vida”.
Su mirada cambió cuando
ingresó a estudiar a la Escuela Nacional del Deporte como Profesional del
Deporte, allí conoció el Judo como materia; disciplina que de inmediato captó
toda su atención y la causante de desviar sus ideales frente al fútbol.
Para Andrés este deporte lo primero que hizo fue
subirle el autoestima “porque ya
conociendo artes marciales nadie podía molestarme o lastimarme, ya me
respetaban los que me conocían… Mientras que con el fútbol uno de ante mano
sabe quiénes llegan a ser profesionales y quiénes no. Lo malo de las roscas es
no estar en ellas… Más probabilidad tenia de ser bueno como judoka por no ser
tan reconocido en la ciudad”.
Desde ese momento fue fundamental el apoyo brindado por su entrenadora
de esa época, quien impulsó su trayectoria a nivel emocional y física. Palabras
sabias que hicieron que “al día siguiente
yo colgara los guayos y me pusiera el cinturón de por vida”. Además la
mayoría de sus nuevos amigos también practicaban este deporte. Fue en ese mismo
año 2009 en el que participó en su primera competencia en la que gano
experiencia, más no medalla de reconocimiento.
Cada día más comprometido con el judo, empezó a presentar los chequeos y
selectivos para la conformación de Selección Valle, pero desafortunadamente
todos los perdía, hasta que “en el 2010
quedé convocado por primera vez… Yo no sabía que era eso, fue mi primera
experiencia a nivel nacional y muy enriquecedor compartir con otras personas
muy buenas en esta modalidad” afirma Andrés.
En el 2011 participó en Campeonatos Nacionales de Mayores, Campeonatos
sub 23, adquiriendo nivel y profesionalismo en sus técnicas. Ya en el 2012 ganó
medalla de Plata en Los Juegos Nacionales
abriéndole muchas puertas en los posteriores chequeos.
En diciembre de 2014 ascendió a cinturón negro “primer dan” con un arduo
trabajo en los seis últimos meses.
Actualmente está trabajando para clasificar en el Campeonato Nacional Mayores
que se llevará a cabo del 9 al 12 de abril de 2015 en Cartagena, y
posteriormente participar en Los Juegos Nacionales que posiblemente lo hagan en
Tolima por los escenarios deportivos.
El diario vivir de un Judoka
Andrés vive en el barrio Guayaquil con su hermana Daniela de 19 años y
sus dos perritos quienes hacen acogedor su diario vivir y versátil su estadía
en la casa. Amor más grande entre dos hermanos no se puede ver más que en la
mirada de ambos chicos.
Ya es mecánico madrugar para este chico y de hecho dice que le rinde más
el tiempo, pues se levanta a las 5:30 am de lunes a viernes, prepara algo de
desayuno y se va a las 6:00am a hacer preparación física a dos cuadras de su
casa, allí dura dos horas, “entreno en un gimnasio privado porque el
tiempo ya no me da para ir a INDERVALLE como lo hacía antes de haber conseguido
trabajo”.
Su rutina varía los lunes y miércoles, porque laborar como profesor de Judo
en los colegios: Internacional cañaverales (Dapa) y en
el Liceo Pedagógico la Gran Colombia (Torres de Maracaibo). Y ya al regresar tipo 8:30pm se va para
la Liga Vallecaucana de Judo en el Coliseo del Pueblo todos los días.
Puede faltarle lo que sea menos un entreno “si yo dejo de entrenar un día me siento
enroscado no me hallo en la casa, no me siento yo… Es un hábito que uno va
tomando, como el de la lectura…”
asegura Andrés. A su vez, su profesor es Ramón
López quien lo ha apoyado incondicionalmente ha sido uno de sus referentes en
este arte marcial, quién a su vez ha ayudado a expandir este deporte a nivel
nacional.
Los fines de
semana no entrena porque dice que se debe manejar un entre esfuerzo y descanso. “Si tu entrenas
demasiado corres el riesgo de sobrecargarte físicamente y de ahí surgen las
lesiones, daños fisiológicos y metabólicos”, por eso prefiere aprovecharlos
durmiendo hasta tarde, leyendo libros, escuchando música, compartiendo con sus
amigos o con Daniela, a quien recocha con amor y es su mejor confidente.
Entrenamiento para judokas cinturón
negro
Con el “Sensei” Ramón López los entrenamientos duran dos
horas, se empieza calentamiento, luego con multisaltos, rollos, “uchi komi”
(repetición de técnicas). “es como si un
boxeador le pegara a un saco de arena, pero nosotros lo que hacemos es que
agarramos al compañero y empezamos a practicar técnicas de lanzamiento con él,
(sin lanzarlo)”; posteriormente trabajo en piso, combate de 5 a 30 minutos
variando el peso y el género de los oponentes.
Es poco el apoyo y difusión de este
deporte
INDERVALLE le patrocina la seguridad social, eps, pensión “…y con eso yo puedo trabajar porque como
profesor estoy vinculado como prestador de servicios y de esa manera estaría
desprotegido”. De resto económicamente, algunas veces le subsidia parte de
los viajes a competir en Nacionales.
Además, Andrés ya
no considera el deporte como una actividad más de su rutina, sino un estilo que
le da vida a sus días.
Se
espera que este deporte siga dando de qué hablar para visibilizar a los
deportistas que dejan en alto las artes marciales en esta ciudad, y así
patrocinar la perseverancia de los judokas con más potencial.