“Teniendo respeto y reverencia por la vida, entramos en una relación espiritual con el mundo”. Albert Schweitzer
A mis veintitantos años no me considero vieja y deduzco que el haber quitado las clases de religión, ética y valores o como le llamaran antiguamente en los colegios femeninos, masculinos y/o mixtos no fue buena estrategia; porque el que no fuera productivo, no se hiciera nada o no estuviera muchas veces de acuerdo con los ideales morales y filosóficos de algunos; enseñaban algo de normas de urbanidad o por lo menos sembraban el gusanito.
¿Qué mamera una monja hablando dirán? ¡Pero no!, no les voy a hablar de religión. Según la Real Academia Española Civismo es el “Comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública”. Ustedes ¿se consideran cívicos?...
Un ejemplo particular que me llevo a escribir este artículo de opinión fue el que me hicieran fiesta en un MIO (Transporte Masivo Integrado de Occidente de Cali), por el simple hecho de decir “Buenas tardes” al subirme; todos empezaron a aplaudirme por más que estaba todo el mundo sentado era el centro de atracción y en medio de miradas no entendía lo que estaba pasando, hasta que a los cinco minutos después de conversar con un amigo que iba en el mismo bus (los dos únicos de pie). El chofer me dice a grito entero “de los 15 estudiantes que se subieron, usted fue la única que saludo”… ¿Esto es un alago? O ¿está acostumbrado a la poca cultura? –pensé-.
Sin embargo con el bullying y todo me sentí bien. Aunque siendo realistas, este medio de trasporte sea perverso en funcionalidad, demorado y la negligencia de algunos operarios ha sido paralelo a la trasformación estética de nuestra ciudad –Es más bonita- A costa del tráfico vehicular; pero ese no es el punto.
Los que hemos padecido como sardinas enlatadas dentro de un “azulito” hemos comprobado que el civismo que había generaciones atrás, se ha perdido o no se ha extendido a las nuevas generaciones. Independientemente del color de las sillas: rojo, azul, gris, verde o violeta ¿nos cuesta mucho cederla?... ¿por decencia, dignidad, respeto, edad, enfermedad? o lo que sea.... Siempre optamos por ingeniárnoslas para ser anticívicos.
Y somos los mismos jóvenes los creativos. Con la excusa de los audífonos, la música las personas prefieren hacerse las dormidas a cambio de ser cultos; chicas que pasan a estar “embarazadas psicologicamente” por la física pereza de ser cívicas, entre múltiples casos… ¿a caso no sienten un fresquito ayudando a los demás?...
Una sonrisa que es lo más elemental y no nos cuesta, puede ayudar a otros a hacer más ameno su día; entre ellos esta aplicar los buenos modales. Esta sería muy buena forma de disminuir otras problemáticas como lo son los robos en este transporte.
Para concluir, al que no se haya identificado con un fragmento de lo enunciado no ha vivido nada. Pues todos los días el subirse a un MIO es emprender una nueva travesía; en donde lo que prima es el anticivismo y el individualismo.
¡Haga la diferencia a partir de hoy, no para que se lo agradezcan. Sino para incentivar la cultura y el respeto!.
Artículo tomado de: www.revistacontracultura.com/articulos/entry/cambiemos-el-anticivismo